domingo, 18 de octubre de 2009

LIBROS LIBRES

Hay libros que te llegan muy dentro, otros que apenas te rozan y libros que te enternecen, te hacen vivir otras épocas, te despiertan sonrisas, lágrimas, reencores, recuerdos. Los libros, por ser libros, son buenos; igual que la personas, por personas, son libres. Pero los hay que te llaman varias veces y varias veces los abres y los deboras, varias veces los descubres; igual que las personas. Y hay gente y hay libros y hay caminos y carreteras y senderos. Algunos son pequeñitos, como las personas, y nos descubren grandes verdades y también, grandes mentiras. Y los hay sencillos y complejos, de tapa dura y blanda, con guardas para ser respetadas y con espacios para dedicar y recordar; como las personas. Y son los libros los que no cambian y los lectores los que interpretan y deciden si cerrar o abrir, si luchar o desistir. Y son los libros los que nos llevan y nos traen a lugares diferentes y nos muestran, a su antojo, realidades y personas. Es el viajero el que los pasea y los disfruta en cada idioma o cultura, y es él el que los transforma y los cambia a su antojo. Y los libros que leemos se agarran tan dentro que algunos, como las personas, son difícles de olvidar. Hay libros de aventuras, libros de poesía, libros de libros y libros y personas. Porque antes de empezarlos, el lector los huele, los observa, les pregunta, los desea y cuando comienza la aventura se vuelca en ellos, se evade entre sus líneas y sus páginas y así, hasta que las palabras se terminan; como las personas. Y nos turban y nos enloquecen y nos dan traspiés de fantasía y realidad, los libros y las personas. Y hay personajes en los libros y libros con personajes y personas con libros y libres de hacerlos suyos.

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