viernes, 29 de enero de 2010

SOMOS UNOS PRIVILEGIADOS, ¿O NO?


Desde hace unos años gozo del privilegio de pronunciar esta frase que ya ha pasado a la historia como la frase que hay que repetir en esos momentos de gloria. Los que me conocen, bien lo saben, y ya ríen al escucharla.

Sentados en cualquier sitio, sin dejar que el tiempo nos afecte, empapados en ese silencio cómodo, agradable y, ahí va: somos unos privilegiados. Charlar, tranquilos, viendo pasar con lentitud la prisa en la que parece estar inmerso el resto del mundo, imaginar que salimos fuera y está el mar en Madrid y, ahí va: somos unos privilegiados. Saber disfrutar de esos momentos pequeños, de amistad, de gloria, de risas y decidir salir de casa a las dos de la mañana, porque sí, porque nos apetece y nos espera el resto del mundo y, ahí va: somos unos privilegiados. Saber dedicarnos tiempo y dedicar tiempo a quien nos quiere, no ser esclavos del trabajo pero disfrutar trabajando cada día, dándolo todo y recibiendo aún más y, ahí va: somos unos privilegiados. Movernos a donde nos apetezca, sin fronteras, sin preparativos, sin maletas y con la ilusión de un iniciado explorador con la mejor compañía y, ahí va: somos unos prvilegiados. Ver en cada atardecer el principio,  nunca el final; y en cada amanecer, el final del día anterior y, ahí va: somos unos privilegiados. Flotar en las aguas turquesas de esa isla y reir a carcajadas viendo la vida pasar, en calma y, ahí va: somos unos privilegiados. Planear la próxima tarde, improvisar el minuto siguiente y, ahí va: somos unos privilegiados

A mis amigos

1 comentario:

alicia dijo...

Simplemente por tener por delante el instante siguiente -esa incógnita imposible- ya somos unos privilegiados, ¿no crees?