jueves, 28 de enero de 2010

4.

mentira.(De mentir).

1. f. Expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se cree o se piensa.

2. f. Errata o equivocación material en escritos o impresos. Se usa más tratándose de lo manuscrito.


Las mentiras, cuando somos niños, surgen espontáneas, llenas de imaginación, son mentiras casi sin importancia, de las que no duelen y se olvidan. Nos vamos haciendo mayores y, como en casi todo, se pierde esa magia de la niñez y nuestras mentiras se convierten en actos cargados de sentimentos y daño hacia otros, especialmente hacia uno mismo. Y es que no soporto las mentiras. Las hay de todos las formas y, desde las más ruines hasta las más piadosas, son signo de la mayor estupidez que puede cometer un ser humano; mentir a otros es cobarde y doloroso, especialmente para uno mismo, y definitivamente para el "mentiroso". Pero, aunque a todos nos han mentido o nos hemos sentido engañados (qué dolor, señores), propongo, desde este humilde rinconcito, tirar abajo a los mentirosos, que viva la sinceridad, la espontaneidad pueril, el hablar más de la cuenta sin hacer daño. Que viva la fidelidad de verdad: hacia uno mismo. Y es signo de poca inteligencia, que como bien decía mi abuelo: hay que ser bueno por inteligente, como son los buenos de verdad. Y es signo de una vida frustrada (qué penita, ¿no?), de falta de responsabilidad y de estar en pañales en lo más importante y lo más difícil: en saber vivir con coherencia.

Y con humor y con amor doy mil gracias a aquellas personas que me han mentido alguna vez (no son muchas, suerte he tenido..., que yo sepa: ¡qué viva mi ignorancia!), porque ellas me han enseñado que vivir con la Verdad siempre por delante, es vivir de Verdad.

Feliz día del maestro; vale, también a los mentirosos. Ah, perdón: día de la paz (es que se me han juntado ambas festividades)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

!Cómo me ha gustado eso de que viva la espontaneidad pueril (de niño, no de trivialidad) y el hablar más de la cuenta!, dos de mis caballos de batalla. La de disgustos que estos me han dado pero a los cuales, de verdad de verdad, no quiero renunciar.
Y feliz DÍADETODO a ti también.
Te mando todo mi cariño.

ELENA G.

Elena Prieto Urbano dijo...

¡Si es que eres grande, Garcés!