domingo, 6 de diciembre de 2009

CONSTITUYÉNDOME

Resulta que todo lo que toco se vuelve de colores, últimamente. Ironías de la vida, me encuentro en pleno puente de la constitución buscando el artículo apropiado para comenzar. Y los hay determinados, que me gustan, y los hallo indeterminadamente sugerentes, los menos. Y siempre está el yo, mejor el tú y por qué no, el ellos y el nosotros. Y él. Que todos sirven para conjugar lo que ocurre en una tarde de lluvia. El verbo, lo de menos; lo ponen otros, sin sujetos y con tantos predicados dedicados, delicados. Que ser o estar no es parecer, padecer, palidecer. Esos son copulativos. Y entre artículos y artistas y artes comparadas me comparo con la ley que se celebra y celebro la desigualdad de los que la crearon. Me quedo con la lengua y el lenguaje de los que participan en mis legislaciones, que las de hoy no me las creo. O eso creo. Y si están ahí será por algo. Y el vosotros, unos, unas, que el femenino lo olvidamos tantas veces.

Me constituyo anticonstitucional y acostumbrada a ser fiel a un solo sustantivo, abstracto, claro, que siempre son los más hermosos. No hace falta que lo escriba, ya lo sabes y lo sientes.

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