jueves, 13 de enero de 2011

HISTORIAS DE SEMILLAS

Resulta que todo indicaba que aquel era el día. El día para que volvieran a reunirse, junto a una vela, bajo la luna llena, tras un eclipse, dejando atrás aquella playa lusa, con la ilusión de que los astros se posaran sobre su signo y todo indicaba que aquella era la noche. Y así lo hicieron, derramaron cera e incienso sobre la mesa roja de Ikea y tres eran tres las semillas de judías que apretaron sobre sus manos mientras pensaban en todo lo bueno que el año les había regalado. Y fue mucho, fue. Y con algodones empapados en agua corriente las envolvieron y desearon que volviera a repetirse con aquella luna y aquella luz de luna llena y llenas de grandes deseos las dejaron germinar. Y fue en una noche, un mes más tarde, noche buena para la tierra, en la que se vio la luz asomar por primera vez en los ojos del pequeño que germinó, como aquellas judías negras, para enfrentarse a tantas noches buenas de luna llena y eclipses fatales y con los astros en su signos comenzaron a vivir, de nuevo, bajo la cera y el incienso sobre la mesa de Ikea. Bienvenidos

E.P

No hay comentarios: