martes, 20 de abril de 2010

CARTAS DESDE LA NADA

Querido asunto mío:

Te robo el adjetivo desde la nada, que me gustó.

Resulta que hoy ha salido el sol por la ventana del dormitorio, cuando acostumbra a hacerlo por el salón, y eso me ha hecho pensar que algo raro estaba apunto de suceder. Tras los rituales vespertinos (es que el sol me trastocó los momentos del día) arranco el coche y, en lugar de ruido, sale del motor una extraña palabra que inmediatamente identifico como aquella con la que finalizaba el libro que nunca he llegado a terminar de leer; y es que tengo esa manía: deternerme en las últimas palabras de cada libro y analizar las consecuencias de las mismas. Ya llego al trabajo (la palabra sigue sonando por las calles) y descubro que me han cambiado el calendario de fecha y la foto que anunciaba marzo ya no está. Es más, la soledad del edificio me hace notar que o bien he llegado demasiado pronto o tal vez, hoy, es un día más o demasiado tarde y no, resulta que los fines de semana no abren las escuelas públicas (las concertadas están siempre cerradas y en las privadas piden contraseña los domingos). Así es que vuelvo a casa y el sol está, tan tranquilo, donde lo dejé.
Y me preparo un té y va y se hace de noche. Ya decía yo.

En la nada pasan estas cosas y, normalmente, no pasa nada más que lo que tiene que pasar. Hoy fue distinto. ¿O no?

p.s. no hay forma humana de cambiarlo

2 comentarios:

Jota dijo...

Fíjate: el sol que sale por la ventana de mi dormitorio empieza por la letra E, cosa más curiosa.

Elena Prieto Urbano dijo...

y mi asunto, por la J.