lunes, 15 de marzo de 2010

THE READER

Sin palabras, una vez más, sin palabras. Ahora rescato agunas que me brotan despues de haberte visto, otra vez. Y es que son tantas y tan hermosas las que en este trocito de vida aparecen, que me dejan muda. Y Homero, ¿dónde quedó Troya?, en tus ojos; Chéjov y aquel cuentito que inspiró al gran Mikhalkov en esa otra que me vuelve loca: "Corrió la voz de que por el malecón se había visto pasear a un nuevo personaje: la dama del perrito"; y esa otra: El amante de Lady Chatterley, que aparece en un suspiro de humedades en otra de tus escenas. Y tu final, trágico, lo imaginé distinto, así de nefelibata que es una.
Gran película y gran selección.
Y si tuviérais que elegir un libro, ¿cuál sería?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues es muy difícil elegir un libro para siempre. Depende de cada momento.
Quizás el que más me llenó, siempre en su época que es una más en mi vida, fue "El hombre que se enamóró de la luna", de Tom Spanbahuer. Tan duro y tan tierno.... Tan trágico y, sin embargo, tan pleno de vida y de cómo vivirla....
En esa época me sentía plena, intensa, profunda, llena de amor, y todo tenía un sentido. El mismo del que ahora carezco. Y eso que tengo la enorme suerte de contar con la pintura, mi gran amiga, que saca de mí todo lo que no consigo canalizar por otras vías. Y en ella pongo mi amor y mi dulzura y todo lo que querría dibujar en una piel amada.
Pero no puede ser que sin amor la vida no tenga tanto sentido. Está el amor a mi trabajo, el amor a los demás, a mi familia. Pero ¿y EL AMOR?
Bueno, Elena, ya está bien. Eres una romántica empedernida y esto sólo era un comentario a una pregunta de Laotraelena. NO está bien que aproveches esto para vomitar vacíos.
Y sin embargo, como sé que me comprendes y ahora me estoy tomando un vinito y se me sueltan los dedos pues estoy aprovechando porque, de lo contrario, nunca reconoceré que, polvos aparte que como tales y a palo seco nunca me han interesado, lo que de verdad necesito es amor.
Y lo tenía decidido: iba a sublimar mis deseos a través de la pintura. Pero no me vale. Se me queda corta. Y es que cada cosa tiene su lugar y su justa medida. Y no se llena un corazón vertiendo lo que tiene dentro.
!Y qué difícil es empezar otra vez!
Parece mentira que haya hablado de este libro que me trae a la memoria tiempos pasados. Hay que empujar el pensamiento hacia adelante, siempre hacia adelante. Saber que esta puta vida es tan jodida y tan maravillosa que, igual que nos destroza, nos tiene muuuuuchas alegrías guardadas.
Ay Largo, si tu supieras... Sí sabes. !Cuánto sabes! Tanto que no hace falta que te explique.

Bueno tendré que buscar otro libro preferido para este momento, que tampoco es tan mal momento. Los ha habido peores y de todo se sale. Y es que, como últimamente no me reconozco, tampoco sé dónde estoy y así es muy difícil encontrar el punto exacto, mi lugar en el espacio. Tendría que buscarlo, como Don Juan, y allí agazaparme y meterme en mí misma hasta que me encontrase. Y mientras tanto no me encuentro y a veces creo que he perdido a mi misma y que tengo que volver a hallarme. ¿Dónde estoy?, ¿no me habrás visto hoy?

Hoy después de contaros tantas tonterías que no son nada al fin y al cabo, me he sentido boba y un poco ridícula.

Bueno, pues voy a mandar esto sin corregirlo siquiera porque, si lo releo, seguro que no te lo voy a enviar. Äsí te entretienes un poco con las tonterías de esta atacada. Si te pido que después de leerlo lo borres. Es sólo para tí.

Mil besos.

E.G.