miércoles, 10 de marzo de 2010

AY PENA, PENITA, PENA

"Todos necesitamos que alguien nos mire. Sería posible dividirnos en cuatro categorías, según el tipo de mirada bajo la cual queremos vivir. La primera categoría anhela la mirada de una cantidad infinita de ojos anónimos, o dicho de otro modo, la mirada del público. (...) La segunda categoría la forman los que necesitan para vivir la mirada de muchos ojos conocidos. Estos son los incansables organizadores de cócteles y cenas. Son más felices que las personas de la primera categoría quienes, cuando pierden a su público, tiene la sensación de que en el salón de su vida se ha apagado la luz. A casi todos les sucede esto alguna vez. En cambio, las personas de la segunda categoría siempre consiguen alguna de esas miradas. (...)Luego está la tercera categoría, los que necesitan de la mirada de la persona amada. Su situación es igual de peligrosa que la de los de la primera categoría. Alguna vez se cerrarán los ojos de la persona amada y en el salón se hará la oscuridad. (...)Y hay también una cuarta categoría, la más preciada, la de quienes viven bajo la mirada imaginaria de personas ausentes. Son los soñadores."

Milán Kundera

Conozco a personas de todas las categorías que describe Kundera en este acierto que es La insoportable levedad del ser.

Me llaman la atención la segunda y la primera categoría e identificaría a más de uno en ella. Me creo en la tercera y en la cuarta.

Cada cual que elija desde dónde y hacia dónde quieren que le miren. Que elija, sobretodo, el lugar al que quiere mirar porque allí estará el reflejo de lo que es.

E.P

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