lunes, 15 de febrero de 2010

TUS PÁLIDAS

Una de las razones por las que no me gusta caminar es porque prefiero planear. Y cuando planeo lo veo todo más chiquito y menos importante y me da la sensación de que echaré a volar, muy alto, en cualquier momento.

Una de las razones por las que prefiero planear es porque no me gusta pisar las buenas formas con las que pintamos la realidad, ni las buenas intenciones con las que disfrazamos las mentiras. Eso lo dejamos para unos pocos que mejor se está a dos palmos del suelo que arrastrando las penas y, lo que es peor, arrastrando las alegrías.

Y de tanto arrastre y tanto viento que hacía hoy resulta que al leerte he comenzado a volar por todo mi pequeño salón y menos mal que la ventana estaba cerrada porque si no aún estoy danzando por encima de los tejados de Madrid.

Y es que, entre momento y momento, siempre tenemos uno para volar.

¿Sabrás elegirlo? Me lo cuentas.

Ahí va esa canción de quien es, a partir de hoy, también conocido en esta casa:

1 comentario:

alicia dijo...

Duelen a veces las alas de no usarlas... Se olvida la sensación de planear? Abro la ventana sin miedo a la lluvia y me lanzo, en silencio hacia el cielo húmedo.