sábado, 16 de enero de 2010

CAUSALIDADES

Se me fue la inspiración por debajo de la puerta. Tantas son las casualidades que vuelvo a no creer en ellas. Las causalidades son menos tramposas y más reales, digo yo. Y es que si hay causa hay efecto y en efecto, la casualidad no tiene origen y es menos real que esto que escribo. Si la causa de que sea así es el azar, me paso la magia por donde ya sabes. No es casual que ya no me pongan lo más mínimo tus albricias y sí causal. Y podría empezar a enumerar pero, qué quieres que te diga, hasta eso me parece una pérdida de tiempo. Y es que los números ya me parecen sinsentidos. Qué más da dos, tres o cuatro. Que hasta eso ha perdido el interés y busco algo más pragmático. Eso sí, que no se pierda la frescura y la improvisación, la locura. Pero no la tuya, que me aburren los sermones sobre epigramistas romanos (a quién no, un rato vale). Y prefiero unos vinitos y si te descuidas me engancho en esos ojos negros. Vaya, ¿no será esta la causa?

A pasarlo bien

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