jueves, 9 de septiembre de 2010

2. ANA SE CUELA EN UN SUEÑO

Ya había amanecido hacía un buen rato y Ana aprovechó para colarse por la ventana de una casa amarilla que dormía en medio de un bosque de castaños. La ventana estaba abierta y antes de entrar dejó su mochila roja colgada de uno de los árboles. Tuvo que esquivar varias ramas, algún pájaro y sin darse cuenta se vio aterrizando en un sueño. Todo estaba tranquilo y el mar. Ana se dio un baño en el agua más fría que su piel jamás había tocado. Comenzó a bucear y los peces de colores se le colaban por la nariz, entre los brazos y acariciaban su barbilla. No se oía nada, el silencio se imponía y algunos rayos de luz dibujaban caracolas en la cubierta de un viejo barco sumergido. Ana entró por uno de los ojos de buey del barco y descubrió, en mitad de una inmensa sala cubierta de alfombras de colores, a sus abuelos, tan elegantes, bailando agarrados al son de una música que parecía salir de una extraña caracola. Como los sueños son así, un montón de cangrejos y langostas desfilaban por una de las escaleras que parecían subir a la cubierta del barco, todos vestidos con trajes oscuros y grandes bandejas repletas de algas y bocadillos de atún. Sus abuelos desaparecieron y Ana comenzó a comer sin darse cuenta de que los bocadillos y las algas se habían convertido en montañas de espagueti. El festín fue interrumpido por cuatro sardinas con acordeón que empezaron a entonar canciones marineras, todas tan tristes que Ana casi llora o tal vez sí lloró, al estar rodeado de agua no pudo sentir más que la tristeza y entendió esa frase que su madre le decía cuando algo no iba bien y parecía estar hecha un mar de lágrimas. Decidió ponerse contenta, que menudo rollo de sueño, y cogió impulso, despidiéndose antes de las sardinas melancólicas, hacia el exterior de aquel barco y de aquel mar.

Unos minutos más tarde, Ana estaba sobrevolando la casa amarilla del castañar, dejando su mochila roja en una de las ramas del árbol, esquivando varios pájaros y saliendo de un sueño. O tal vez no.

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