martes, 4 de mayo de 2010

ALFONSO ENCUENTRA UNA PALABRA

La mañana siguiente a la primera luna llena del mes de abril, Alfonso prepara en la cocina un pastel para la fiesta sorpresa de Marta. Como Marta es muy dulce, le cocina un bizcocho de galletas y leche condensada. Al colocar la última galleta del pastel, entra volando por la ventana de la cocina una caracola que se posa sobre la encimera. Alfonso la mira y la caracola comienza a dar saltos por toda la cocina: de la encimera al fogón, del fogón a la nevera, de la nevera al microondas, del microondas a la baldosa azul del suelo. Alfonso se tumba y con un ssssschsssss, la caracola se posa en la punta de su nariz y en un suspiro le dice: calandraca, y vuelve volando al lugar del que venía. Y no es que Alfonso crea que es extraño que una caracola voladora le suspire calandraca: es que a Alfonso le hacen cosquillas las palabras marineras y los juegos aéreos de su amiga Marta.

2 comentarios:

alicia dijo...

me encanta que las caracolas susurren y más si lo que dicen es "calandraca". Qué soplo misterioso con olor a mar!

Elena Prieto Urbano dijo...

gracas, ali, el mar es la mar y lo más, qué vengan esos soplos cada día!! vivan los subacuáticos