
A Alfonso le gustaría ser marinero. Tiene un ancla pintada en el pecho y el pelo rizado. Alfonso es un niño espigado, algo travieso y sabe hacer todo tipo de ruidos con la boca. En sus manos siempre lleva un caleidoscopio y mira através de él imaginando que, en el horizonte, están pintadas de cientos de colores las nuevas tierras que divisará desde su barco pirata. Alfonso encontró en el camino de arena una piedra blanca con puntitos rosas, la apretó contra su pecho, muy fuerte, y pidió un deseo: tener dos grandes amigos con los que recorrer mundo. Alfonso conoció a Marta en el colegio y a Manuel en la plaza, en día de mercado, mientras compraba un cuaderno de colores en el que comenzó, en la segunda hoja, poniendo la fecha y una lista de todos los medios de transporte en los que había viajado: tren, coche, patinete, bicicleta, moto y taxi. Todos menos en barco. Por eso, en la primera hoja de su cuaderno, pintó un maravilloso barco del que sería capitán. Al día siguiente, Marta, su nueva amiga, le ayudó a colorearlo y Alfonso le dejó mirar através de su catalejo. Aquellos pedacitos de cristales de colores le parecieron a Marta lo más bonito que había visto nunca.
5 comentarios:
Es bonito! Continuará?
Besos
claro que sí, en gentes menudas. gacias, guapa. besitos
Jolín Elena, qué sensibilidad... Me encanta! Eres una piedrecita blanca con puntitos rosas... Enhorabuena por tanto arte!
livich, qué guapa estás en la foto. me alegro que te gusten mis palabrejas, me acuerdo de ti cada día al ver el calendario encima de mi mesa. a ver cuando te veo en persona. besazos
A mi tambien me encanta!!...y tambien tengo el calendario sobre mi mesa, Livich!! :-)
Helen...es que te salen a borbotones, tía, qué arte!!
Besotes
Keyrol
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