viernes, 12 de marzo de 2010

65.

arpegio.(Del it. arpeggio).

1. m. Mús. Sucesión más o menos acelerada de los sonidos de un acorde.

"La otra desgracia fue el arpa. Un día, muy consciente de lo que quería decir, doña Blanca había dicho: “No creo en mujeres decentes que no sepan tocar el piano”. Fue una orden que hasta su hijo trató de discutir, pues los mejores años de su infancia habían transcurrido en las galeras de las clases de piano, aunque ya de adulto lo hubiera agradecido. No podía concebir a su esposa sometida a la misma condena, a los veinticinco años y con un carácter como el suyo. Pero lo único que obtuvo de su madre fue que cambiara el piano por el arpa, con el argumento pueril de que era el instrumento de los ángeles. Así fue como trajeron de Viena el arpa magnífica, que parecía de oro y que sonaba como si lo fuera, y que fue una de las reliquias más preciadas del Museo de la Ciudad, hasta que lo consumieron las llamas con todo lo que tenía dentro. Fermina Daza se sometió a esa condena de lujo tratando de impedir el naufragio con un sacrificio final. Empezó con un maestro de maestros que trajeron a propósito de la ciudad de Mompox, y que murió de repente a los quince días, y siguió por varios años con el músico mayor del seminario, cuyo aliento de sepulturero distorsionaba los arpegios."
Gabriel García Márquez. El amor en los tiempos del cólera.

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