miércoles, 24 de febrero de 2010

46.

galimatías. (Del fr. galimatias, discurso o escrito embrollado, y este del gr. κατὰ Ματθαῖον, según Mateo, por la manera en que este evangelista describe la genealogía que figura al comienzo de su Evangelio).

1. m. coloq. Lenguaje oscuro por la impropiedad de la frase o por la confusión de las ideas.
2. m. coloq. Confusión, desorden, lío.

"Como no le melga nada que la contradigan, la señora Fifa se acerca a la Tota y ahí nomás le flamenca la cara de un rotundo mofo. Pero la Tota no es inane y de vuelta le arremulga tal acario en pleno tripolio que se lo ladea hasta el copo.
-¡Asquerosa! –brama la señora Fifa, tratando de sonsonarse el ayelmado tripolio que ademenos es de satén rosa. Revoleando una mazoca más bien prolapsa, contracarga a la crimea y consigue marivolarle un suño a la Tota que se desporrona en diagonía y por un momento horadra el raire con sus abroncojantes bocinomias. Por segunda vez se le arrumba un mofo sin merma a flamencarle las mecochas, pero nadie le ha desmunido el encuadre a la Tota sin tener que alanchufarse su contragofia, y así pasa que la señora Fifa contrae una plica de miercolamas a media resma y cuatro peticuras de ésas que no te dan tiempo al vocifugio, y en eso están arremulgándose de ida y de vuelta cuando se ve precivenir al doctor Feta que se inmoluye inclótumo entre las gladiofantas.

-¡Payahás, payahás! –crona el elegantiorum, sujetirando de las desmecrenzas empebufantes. No ha terminado de halar cuando ya le están manocrujiendo el fano, las colotas, el rijo enjuto y las nalcunias, mofo que arriba y suño al medio y dos miercolanas que para qué.

-¿Te das cuenta? –sinterruge la señora Fifa.

-¡El muy cornaputo! –vociflama la Tota.

Y ahí nomás se recompalmean y fraternulian como si no se hubieran estado polichantando más de cuatro cafotos en plena tetamancia; son así las tofifas y las fitotas, mejor es no terruptarlas porque te desmunen el persiglotio y se quedan tan plopas."

Julio Cortázar. La inmiscusión terrupta (Úlimo round)


"Brillaba, brumeando negro, el sol,
agiliscosos giroscaban los limazones

banerrando por las váparas lejanas,

mimosos se fruncían los borogobios

mientras el momio rantas murgiflaba.

–Con eso basta para empezar– interrumpió Humpty Dumpty– que ya tenemos ahí un buen montón de palabras difíciles: eso de que “brumeaba negro el sol” quiere decir que eran ya las cuatro de la tarde…, porque es cuando se encienden las brasas para asar la cena.

–Eso me parece muy bien –aprobó Alicia– pero, ¿y lo de los “agilisco- sos”?"

Lewis Carroll, Alicia a través del espejo

1 comentario:

alicia dijo...

Cualquiera se resiste a comentarte algo si me traes a la mesa a dos escritores que me fascinan..! Cortázar inventó el gíglico y con él siguió los pasos que ya diera Carroll al otro lado del espejo. Los significados flotan en el aire, llueven e impregnan las palabras pero no les pertenecen. Prueba de ello son estos textos en los que todo se entiende sin saber ni una palabra de tan loco lenguaje. O acaso esta era nuestra lengua primigenia y ahora solo recordarmos?
Abrazos y meopas